Sagrado Reyno Oriental Católico del Uruguay

Sagrado Reyno Oriental Católico del Uruguay
¡Arriba el Sagrado Uruguay! ¡VIVA NUESTRA SEÑORA DE LOS 33 ORIENTALES! ¡VIVA CRISTO REY!

domingo, 28 de octubre de 2012

Recordemos al Duce...Marcha sobre Roma

Hoy es el importantísimo día en que todos los seres del universo debemos reconocer la Reyecía y Supremacía absoluta de N.S. Jesucristo, quien es el Rey de Reyes, Emperador del Universo. Él siempre ha tenido, tiene y tendrá a muchos fieles servidores, que podemos considerarlos como siervos de Dios y personas bienaventuradas por la Providencia. Uno de los instrumentos de la Divina Providencia, ya que hoy además es 28 de octubre, fue el Duce Benito Mussolini, definido por Su Santidad Pío XI así: "Mussolini es un enviado de la Divina Providencia". ¡Viva el Duce y su marcha del 28 de octubre de 1922! ¡Viva el último César! 

28 de OCTUBRE DE 1922, MARCHA SOBRE ROMA


Videos: 

Marcha en Roma (1922).

Credere, Obbedire, Combattere (Creer, Obedecer, Combatir).

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Himno de la Repubblica Sociale Italiana.

Información de la Metapedia

"

Marcha sobre Roma

O Roma o Morte! (O Roma o Muerte!)
"No tenemos más que un amor: Italia. Ay de aquel que quiera dañarla ! La Biblia dice en su doctrina: "ojo por ojo, diente por diente". Nosotros los fascistas decimos: "Dos ojos por un ojo y dos dientes por un diente" (Benito Mussolini al corresponsal del Chicago Tribune, 30/10/1922)

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28 de Octubre de 1922

Los Quadrumviro de derecha a izquierda Italo Balbo, Mussolini, Cesare De Vecchi, Emilio De Bono y Michele Bianchi
Hace 85 años atras, la Historia Universal resultaba sacudida por un hecho trascendente: un Hombre -Benito Mussolini- y un Pueblo -el de Italia- le demostraban al mundo que era posible un socialismo distinto y auténtico. Mientras la revuelta bolchevique terminaba con millones de vidas en Rusia, la Italia Fascista aparecia sobre el escenario político con energía y fuerza pero sin la manía destructora del marxismo.
El espíritu y sacrificio de disciplina que rigió toda la acción del Partido Nacional Fascista salió, en verdad, airosa en la prueba decisiva de los acontecimientos acaecidos entre los días 27, 28 y 29 de octubre de 1922. Para comprender bien los movimientos registrados durante los años de post-guerra, hay que remontarse a las dos últimas décadas. En ese lapso los gabinetes que vinieron sucediéndose hicieron paulatinamente concesiones a los elementos radicales, especialmente durante la guerra, cuando se prometió a los hombres que luchaban en las trincheras que al regreso a sus hogares se hallarian con un programa de mejoras sociales, entre los que figuraba la libre distribución de la tierra y otras mejoras que favorecian enormemente a la clase pobre y trabajadora.
Pero terminó la guerra y el programa prometido no se cumplió en todas sus partes, lo que provocó el descontento de esta gente que vio en esos momentos como única solución el movimiento socialista y extremista. Fue así como el Partido Socialista en las elecciones de 1919 logró sacar triunfante a un crecido número de sus candidatos a diputados. A este triunfo electoral socialista siguió el movimiento, francamente subversivo, de los elementos extremistas, quienes procedieron a la ocupación de fábricas. Siempre contando con el apoyo de los descontentos, el aparato subversivo continuó realizando su obra a un extremo tal, que el nacionalismo creyó llegado el momento de reaccionar para salvar al país de una hecatombe.

Alrededor del Duce

Los Quadrumviro Michele Bianchi liderando seguido por Cesare De Vecchi (en pantalones ligeros), y Benito Mussolini. En la Marcha sobre Roma
Fue de esta forma que un grupo de ex-combatientes se reunió alrededor de Benito Mussolini, emprendiendo una activa y enérgica campaña. El contingente inicial que no excedería de 60 hombres y que había nacido en la ciudad de Milán en 1919, vio poco a poco engrosar sus filas hasta que un año despues, siendo ya bastante elevado su número, se lanzó a una franca lucha contra los elementos extremistas y antipatriotas.
Los fascistas se vieron obligados a proceder enérgicamente y aun a perturbar el orden formal con objeto precisamente de llegar al restablecimiento completo del orden real y a salvar al país de una revolución marxista y de una completa ruina.
El movimiento fascista culminó en la acción desarrollada entre los días 27 y 29 de octubre, con su revolución pacífica, ordenada y sin derramamientos de sangre. Por todo ello las viejas clases que habían gobernado al país hasta esa fecha, comprendieron que había llegado el momento de dejar el camino expedito a las fuerzas jóvenes. El Fascismo se propuso, según manifestaron siempre sus dirigentes: adoptar enérgicas medidas para balancear el presupuesto nacional cortando por completo todos aquellos gastos innecesarios.
Aquella mañana del 27 de octubre de 1922 se conoce, la hasta entonces secreta, movilización de los fascistas. Queda constituido el Cuartel General en Perugia y los preparativos siguen su curso. Al día siguiente, los habitantes de Milán despiertan para enterarse que, durante la noche, todos los edificios de la ciudad, que despiertan cierta importancia, han sido disciplinadamente tomados. La red ferroviaria del Norte de Italia también se encuentra controlada. Benito Mussolini, sin embargo, no se precipita. Hace silencio y espera. Se sienta en su mesa de trabajo y se prepara. Negocia, telefonea y da sus ordenes. El ambiente es de tensión y de nerviosismo. Pero nadie pierde la cabeza.

Comienza la marcha

La Marcha sobre Roma
Afuera, en las calles, más de 50.000 hombres se han puesto en marcha. No es un ejército regular. No hay uniformes ni armas homogéneas diseñadas. Sólo hay una consigna: "Roma o muerte!". Y ya no se puede retroceder. El gobierno, en un último y desesperado intento por detener la avalancha proclama el estado de sitio. Pero el rey se niega a firmar el decreto, aun a pesar de que Roma ya ha sido cubierta con barricadas, alambradas de pua y otros obstáculos. La reacción ya no tiene sentido. La contrarevolución está ya tan acorralada que ha perdido la batalla sin librarla. Al conocerse la decisión del rey, en las filas fascistas resuena un grito: "Roma es nuestra!". Y la marcha se hace indetenible.
En la redacción de Il Popolo d'Italia la actividad es febril. Y las ediciones especiales salen una detras de la otra. Finalmente el 29 de octubre de 1922 suena el teléfono. Se acabaron las "combinaciones" que aun se intentaban. El viejo régimen está agotado. Y el rey ofrece directamente a Benito Mussolini la tarea de formar nuevo gobierno. Es la rendición incondicional del inepto régimen demoliberal. Y es, también, la victoria incuestionable del Duce.
Ni aun en este umbral de una victoria total, pierde Benito Mussolini el control de sus decisiones. Con precisión dicta los titulares para la próxima edición. Ordena que se apronte un tren para viajar a Roma: "Viajaré a las tres...no, a las ocho. Un tren especial costaría demasiado". Y al Jefe de Estación de Milán le recomienda: "Saldré a las ocho en punto, de acuerdo al horario establecido. De hoy en más, todo tiene que funcionar a la perfección como un reloj". Y ese es el comienzo. Así de simple. Desde ese día, la puntualidad de los trenes italianos, bajo el fascismo, se hará proverbial. El jefe de la Revolución, al dar su primer orden como Jefe de Estado se ha limitado a exigir tres cosas: orden, disciplina y eficiencia.
En Roma, mientras tanto los fascistas han comenzado a llegar desde el día 28. Pero, fuera de algunas escaramuzas intrascendentes, con algunos minúsculos grupos comunistas, la paz general se ha mantenido. Los propios fascistas romanos ganan la calle y las banderas rojas desaparecen como por arte de magia. Roma está preparada para cuando Benito Mussolini llegue.

Júbilo

La seriedad del momento no admite grandes festividades. Pero Mussolini no puede evitar que la columna fascista, cada vez más numerosa, estallen en júbilo saludando al jefe de la Revolución. Estas columnas llenan ya las calles de la antigua Roma. Estas Legiones, Cohortes y Centurias se han adueñado de la Ciudad Eterna, al igual que sus gloriosos antepasados. Pero todo se mantiene bajo control. El pueblo italiano ha asistido a un fenómeno que se hará constante en el surgimiento de los nacionalismos revolucionarios. Una auténtica revolución, profunda y amplia, sin el derramemiento de sangre inocente.
El 30 de octubre de 1922 la Marcha sobre Roma culmina en una gran victoria popular. Sin embargo, ni aun en el pináculo del éxito y del triunfo la ocasión es utilizada para venganzas. El primer gabinete fascista nombrado por Mussolini es, en realidad, un gabinete de coalición. No hay revanchismos inútiles. Sólo hay la firme determinación de un gran hombre que sella la jornada diciendo: "He creado el primer Gobierno Nacional; con él construiré una Nación".
Durante 23 largos, azarosos y dramáticos años, el artífice de aquella hermosa victoria de Octubre del 22 cumplió con su palabra. Benito Mussolini, el Hombre que nunca se dio por vencido, nunca se cansó de insistir que : "El fascismo es un punto de partida y no un punto de llegada".
"Solamente Dios puede doblegar la voluntad del fascismo. Los hombres y las cosas, jamas" (Mussolini, en la fiesta "Victoria del Trigo", 03/12/1934)

Artículos relacionados

Enlaces externos

¡Viva CRISTO REY!

Desde Catholicvs:

"

Domingo, 28 de octubre de 2012.

Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey (útimo domingo de octubre).

En lo temporal, Jesucristo es Rey de todo el mundo. Gravemente erraría quien lo negase, puesto que Él ha recibido del Padre un dominio absoluto sobre toda la Creación. Pero siendo Rey de derecho, de hecho no ha querido fundar sino un reino espiritual: la Iglesia, cuya cabeza invisible es Él, y tiene por lugarteniente a San Pedro y sus sucesores. Cristo ejerce su potestad real sobre las almas, a las cuales gobierna por la fe y por la caridad; sobre la Iglesia, a la cual gobierna por la jerarquía; y sobre la sociedad civil, por cuanto debe ser gobernada acatando los principios de la ley natural, evangélica y canónica. Proclamemos hoy la realeza de Cristo, la única que puede salvar a los pueblos, instaurando en el mundo el imperio de la justicia y la caridad.

OREMVS
OMNIPOTENS SEMPITERNE DEVS QVI IN DILECTO FILIO TVO VNIVERSORVM REGE OMNIA INSTAVRARE VOLVISTI CONCEDE PROPITIVS VT CVNCTAE FAMILIAE GENTIVM PECCATI VVLNERE DISGREGATAE EIVS SVAVISSIMO SVBDANTVR IMPERIO QVI VIVIT ET REGNAT... AMEN

Oremos

Omnipotente sempiterno Dios, que por tu amado Hijo, Rey universal, quisiste restaurar todas las cosas: concede, propicio, que todas las naciones de la tierra, a quienes separa la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio. Que contigo vive... Amén."

sábado, 13 de octubre de 2012

Por la vida humana...

Desde Battle Serk (escrito por Serk1492).

"12 de julio de 2012

Por la Vida

No me cansaré de insistir en esta cuestión. La Vida es el bien más preciado y nadie tiene derecho a arrebatarlo. Leía el otro día que la mayoría de infantes afectados por el síndrome de Down están "desapareciendo" a causa del aborto. No sé quién está más enfermo, si estas personas que por experiencia propia puedo decir que, al menos en general, son dulcísimas, o nosotros por permitir esta masacre de inocentes. Incluso con Herodes estarían más seguros. Y esto requiere reflexión.
Especialmente dedicado a aquellos que pretenden hacer de este tema un asunto religioso cuando no lo es. No se trata de lo que diga o deje de decir un religioso, sino de si se está matando una vida inocente.
¡a la VIDA! ¡NO al ABORTO!

viernes, 12 de octubre de 2012

¡FELIZ DÍA DE LA RAZA!

A continuación desde la vecina orilla (Argentina), desde Radio Cristiandad, un viejo discurso del Presidente Gral. Juan Domingo Perón: 

Discurso del presidente Juan Domingo Perón sobre la Conquista y el Día de la Raza

12 de octubre de 1947.

Discurso del presidente Juan Domingo Perón en la Academia Argentina de Letras

En 1947, el entonces presidente pronunció un discurso en el cual exaltó la obra de España en América, denunció la “leyenda negra” sobre la Conquista y reivindicó “el Día de la Raza, instituido por Hipólito Yrigoyen”
"No me consideraría con derecho a levantar mi voz en el solemne día que se festeja la gloria de España, si mis palabras tuvieran que ser tan sólo halago de circunstancias o simple ropaje que vistiera una conveniencia ocasional. Me veo impulsado a expresar mis sentimientos porque tengo la firme convicción de que las corrientes de egoísmo y las encrucijadas de odio que parecen disputarse la hegemonía del orbe, serán sobrepasadas por el triunfo del espíritu que ha sido capaz de dar vida cristiana y sabor de eternidad al Nuevo Mundo.
No me atrevería a llevar mi voz a los pueblos que, junto con el nuestro, formamos la Comunidad Hispánica, para realizar tan sólo una conmemoración protocolar del Día de la Raza.
Únicamente puede justificarse el que rompa mi silencio, la exaltación de nuestro espíritu ante la contemplación reflexiva de la influencia que, para sacar al mundo del caos que se debate, puede ejercer el tesoro espiritual que encierra la titánica obra cervantina, suma y compendio apasionado y brillante del inmortal genio de España.
Espíritu contra utilitarismo
Al impulso ciego de la fuerza, al impulso frío del dinero, la Argentina, coheredera de la espiritualidad hispánica, opone la supremacía vivificante del espíritu.
En medio de un mundo en crisis y de una humanidad que vive acongojada por las consecuencias de la última tragedia e inquieta por la hecatombe que presiente; en medio de la confusión de las pasiones que restallan sobre las conciencias, la Argentina, la isla de paz, deliberada y voluntariamente, se hace presente en este día para rendir cumplido homenaje al hombre cuya figura y obra constituyen la expresión más acabada del genio y la grandeza de la raza.
Y a través de la figura y de la obra de Cervantes va el homenaje argentino a la Patria Madre, fecunda, civilizadora, eterna, y a todos los pueblos que han salido de su maternal regazo.
Por eso estamos aquí, en esta ceremonia que tiene la jerarquía de símbolo. Porque recordar a Cervantes es reverenciar a la madre España; es sentirse más unidos que nunca a los demás pueblos que descienden legítimamente de tan noble tronco; es afirmar la existencia de una comunidad cultural hispanoamericana de la que somos parte y de una continuidad histórica que tiene en la raza su expresión objetiva más digna, y en el Quijote la manifestación viva y perenne de sus ideales, de sus virtudes y de su cultura; es expresar el convencimiento de que el alto espíritu señoril y cristiano que inspira la Hispanidad iluminará al mundo cuando se disipen las nieblas de los odios y de los egoísmos.
Por eso rendimos aquí el doble homenaje a Cervantes y a la Raza.
Homenaje, en primer lugar, al grande hombre que legó a la humanidad una obra inmortal, la más perfecta que en su género haya sido escrita, código del honor y breviario del caballero, pozo de sabiduría y, por los siglos, de los siglos, espejo y paradigma de su raza.
Destino maravilloso el de Cervantes que, al escribir El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, descubre en el mundo nuevo de su novela, con el gran fondo de la naturaleza filosófica, el encuentro cortés y la unión entrañable de un idealismo que no acaba y de un realismo que se sustenta en la tierra. Y además caridad y amor a la justicia, que entraron en el corazón mismo de América; y son ya los siglos los que muestra, en el laberinto dramático que es esta hora del mundo, que siempre triunfa aquella concepción clara del riesgo por el bien y la ventura de todo afán justiciero. El saber “jugarse entero” de nuestros gauchos es la empresa que ostentan orgullosamente los “quijotes de nuestras pampas”.
En segundo lugar, sea nuestro homenaje a la raza a que pertenecemos.
Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros es algo puramente espiritual. Constituye una suma de imponderables que hace que nosotros seamos lo que somos y nos impulsa a ser lo que debemos ser, por nuestro origen y nuestro destino. Ella es lo que nos aparta de caer en el remedo de otras comunidades cuyas esencias son extrañas a la nuestra, pero a las que con cristiana caridad aspiramos a comprender y respetamos. Para nosotros, la raza constituye nuestro sello personal, indefinible e inconfundible.
Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad.
Nuestro homenaje a la madre España constituye también una adhesión a la cultura occidental. Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental.
Su obra civilizadora cumplida en tierras de América no tiene parangón en la Historia. Es única en el mundo. Constituye su más calificado blasón y es la mejor ejecutoria de la raza, porque toda la obra civilizadora es un rosario de heroísmos, de sacrificios y de ejemplares renunciamientos.
Su empresa tuvo el sino de una auténtica misión. Ella no vino a las Indias ávida de ganancias y dispuesta a volver la espalda y marcharse una vez exprimido y saboreado el fruto. Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de “atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”. Traía para ello la buena nueva de la verdad revelada, expresada en el idioma más hermoso de la tierra. Venía para que esos pueblos se organizaran bajo el imperio del derecho y vivieran pacíficamente. No aspiraban a destruir al indio sino a ganarlo para la fe y dignificarlo como ser humano…
Era un puñado de héroes, de soñadores desbordantes de fe. Venían a enfrentar a lo desconocido; ni el desierto, ni la selva con sus mil especies donde la muerte aguardaba el paso del conquistador en el escenario de una tierra inmensa, misteriosa, ignorada y hostil.
Nada los detuvo en su empresa; ni la sed, ni el hambre, ni las epidemias que asolaban sus huestes; ni el desierto con su monótono desamparo, ni la montaña que les cerraba el paso, ni la selva con sus mil especies de oscuras y desconocidas muertes. A todo se sobrepusieron. Y es ahí, precisamente, en los momentos más difíciles, en los que se los ve más grandes, más serenamente dueños de sí mismos, más conscientes de su destino, porque en ellos parecía haberse hecho alma y figura la verdad irrefutable de que “es el fuerte el que crea los acontecimientos y el débil el que sufre la suerte que le impone el destino”. Pero en los conquistadores pareciera que el destino era trazado por el impulso de su férrea voluntad.
Como no podía ocurrir de otra manera, su empresa fue desprestigiada por sus enemigos, y su epopeya objeto de escarnio, pasto de la intriga y blanco de la calumnia, juzgándose con criterio de mercaderes lo que había sido una empresa de héroes. Todas las armas fueron probadas: se recurrió a la mentira, se tergiversó cuanto se había hecho, se tejió en torno suyo una leyenda plagada de infundios y se la propaló a los cuatro vientos.
Y todo, con un propósito avieso. Porque la difusión de la leyenda negra, que ha pulverizado la crítica histórica serie y desapasionado, interesaba doblemente a los aprovechados detractores. Por una parte, les servía para echar un baldón a la cultura heredada por la comunidad de los pueblos hermanos que constituimos Hispanoamérica.
Por la otra procuraba fomentar así, en nosotros, una inferioridad espiritual propicia a sus fines imperialistas, cuyas asalariados y encumbradísimos voceros repetían, por encargo, el ominoso estribillo cuya remunerada difusión corría por cuenta de los llamados órganos de información nacional. Este estribillo ha sido el de nuestra incapacidad para manejar nuestra economía e intereses, y la conveniencia de que nos dirigieran administradores de otra cultura y de otra raza. Doble agravio se nos infería; aparte de ser una mentira, era una indignidad y una ofensa a nuestro decoro de pueblos soberanos y libres.
España, nuevo Prometeo, fue así amarrada durante siglos a la roca de la Historia. Pero lo que no se pudo hacer fue silenciar su obra, ni disminuir la magnitud de su empresa que ha quedado como magnífico aporte a la cultura occidental.
Allí están, como prueba fehaciente, las cúpulas de las iglesias asomando en las ciudades fundadas por ella; allí sus leyes de Indias, modelo de ecuanimidad, sabiduría y justicia; sus universidades; su preocupación por la cultura, porque “conviene –según se lee en la Nueva Recopilación- que nuestros vasallos, súbditos y naturales, tengan en los reinos de Indias, universidades y estudios generales donde sean instruidos y graduados en todas ciencias y facultades, y por el mucho amor y voluntad que tenemos de honrar y favorecer a los de nuestras Indias y desterrar de ellas las tinieblas de la ignorancia y del error, se crean Universidades gozando los que fueren graduados en ellas de las libertades y franquezas de que gozan en estos reinos los que se gradúan en Salamanca”.
Su celo por difundir la verdad revelada porque –como también dice la Recopilación -”teniéndonos por más obligados que ningún otro príncipe del mundo a procurar el servicio de Dios y la gloria de su santo nombre y emplear todas las fuerzas y el poder que nos ha dado, en trabajar que sea conocido y adorado en todo el mundo por verdadero Dios como lo es, felizmente hemos conseguido traer al gremio de la Santa Iglesia Católica las innumerables gentes y naciones que habitan las Indias occidentales, isla y tierra firme del mar océano”.
España levantó, edificó universidades, difundió la cultura, formó hombres, e hizo mucho más; fundió y confundió su sangre con América y signó a sus hijas con un sello que las hace, si bien distintas a la madre en su forma y apariencias, iguales a ella en su esencia y naturaleza. Incorporó a la suya la expresión de un aporte fuerte y desbordante de vida que remozaba a la cultura occidental con el ímpetu de una energía nueva.
Y si bien hubo yerros, no olvidemos que esa empresa, cuyo cometido la antigüedad clásica hubiera discernido a los dioses, fue aquí cumplida por hombres, por un puñado de hombres que no eran dioses aunque los impulsara, es cierto, el soplo divino de una fe que los hacía creados a la imagen y semejanza de Dios.
Son hombres y mujeres de esa raza los que en heroica comunión rechazan, en 1806, al extranjero invasor, y el hidalgo jefe que obtenida la victoria amenaza con “pena de la vida al que los insulte”.
Es gajo de ese tronco el pueblo que en mayo de 1810 asume la revolución recién nacida; esa sangre de esa sangre la que vence gloriosamente en Tucumán y Salta y cae con honor en Vilcapugio y Ayohuma; es la que bulle en el espíritu levantisco e indómito de los caudillos; es la que enciende a los hombres que en 1816 proclaman a la faz del mundo nuestra independencia política; es la que agitada corre por las venas de esa raza de titanes que cruzan las ásperas y desoladas montañas de los Andes, conducidas por un héroe en una marcha que tiene la majestad de un friso griego; es la que ordena a los hombres que forjaron la unidad nacional, y la que aliente a los que organizaron la República; es la que se derramó generosamente cuantas veces fue necesario para defender la soberanía y la dignidad del país; es la misma que moviera al pueblo a reaccionar sin jactancia pero con irreductible firmeza cuando cualquiera osó inmiscuirse en asuntos que no le incumbían y que correspondía solamente a la nación resolverlos; de esa raza es el pueblo que lanzó su anatema a quienes no fueron celosos custodios de su soberanía, y con razón, porque sabe, y la verdad lo asiste, que cuando un Estado no es dueño de sus actos, de sus decisiones, de su futuro y de su destino, la vida no vale la pena de ser allí vivida; de esa raza es ese pueblo, este pueblo nuestro, sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne, heroico y abnegado pueblo, virtuoso y digno, altivo sin alardes y lleno de intuitiva sabiduría, que pacífico y laborioso en su diaria jornada se juega sin alardes la vida con naturalidad de soldado, cuando una causa noble así lo requiere, y lo hace con generosidad de Quijote, ya desde el anónimo y oscuro foso de una trinchera o asumiendo en defensa de sus ideales el papel de primer protagonista en el escena rio turbulento de las calles de una ciudad.
Señores:
La historia, la religión y el idioma nos sitúan en el mapa de la cultura occidental y latina, a través de su vertiente hispánica, en la que el heroísmo y la nobleza, el ascetismo y la espiritualidad, alcanzan sus más sublimes proporciones. El Día de la Raza, instituido por el Presidente Yrigoyen, perpetúa en magníficos términos el sentido de esta filiación. “La España descubridora y conquistadora –dice el decreto-, volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales y con la aleación de todos estos factores, obró el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos de afirmar y de mantener con jubiloso reconocimiento”.
Si la América olvidara la tradición que enriquece su alma, rompiera sus vínculos con la latinidad, se evadiera del cuadro humanista que le demarca el catolicismo y negara a España, quedaría instantáneamente baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez. Ya lo dijo Menéndez y Pelayo: “Donde no se conserva piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original, ni una idea dominadora”. Y situado en las antípodas de su pensamiento, Renán afirmó que “el verdadero hombre de progreso es el que tiene los pies enraizados en el pasado”.
El sentido misional de la cultura hispánica, que catequistas y guerreros introdujeron en la geografía espiritual del Nuevo Mundo, es valor incorporada y absorbido por nuestra cultura, lo que ha suscitado una comunidad de ideas e ideales, valores y creencias, a la que debemos preservar de cuantos elementos exóticos pretenden mancillarla. Comprender esta imposición del destino, es el primordial deber de aquellos a quienes la voluntad pública o el prestigio de sus labores intelectuales, les habilita para influir en el proceso mental de las muchedumbres. Por mi parte, me he esforzado en resguardar las formas típicas de la cultura a que pertenecemos, trazándome un plan de acción del que pude decir –el 24 de noviembre de 1944- que “tiene, ante todo, a cambiar la concepción materialista de la vida por una exaltación de los valores espirituales”.
Precisamente esa oposición, esa contraposición entre materialismo y espiritualidad, constituye la ciencia del Quijote. O más propiamente representa la exaltación del idealismo, refrenado por la realidad del sentido común.
De ahí la universalidad de Cervantes, a quien, sin embargo, es precio identificar como genio auténticamente español, mal que no puede concebirse como no sea en España.
Esta solemne sesión, que la Academia Argentina de Letras ha querido poner bajo la advocación del genio máximo del idioma en el IV Centenario de su nacimiento, traduce –a mi modo de ver- la decidida voluntad argentina de reencontrar las rutas tradicionales en las que la concepción del mundo y de la persona humana, se origina en la honda espiritualidad grecolatina y en la ascética grandeza ibérica y cristiana.
Para participar en ese acto, he preferido traer, antes que una exposición académica sobre la inmortal figura de Cervantes, palpitación humana, su honda vivencia espiritual y su suprema gracia hispánica. En su vida y en su obra personifica la más alta expresión de las virtudes que nos incumbe resguardar.
Mientras unos soñaban y otros seguían amodorrados en su incredulidad, fue gestándose la tremenda subversión social que hoy vivimos y se preparó la crisis de las estructuras políticas tradicionales. La revolución social de Eurasia ha ido extendiéndose hacia Occidente, y los cimientos de los países latinos del Oeste europea crujen ante la proximidad de exóticos carros de guerra. Por los Andes asoman su cabeza pretendidos profetas, a sueldo de un mundo que abomina de nuestra civilización, y otra trágica paradoja parece cernirse sobre América al oírse voces que, con la excusa de defender los principios de la Democracia (aunque en el fondo quieren proteger los privilegios del capitalismo), permitan el entronizamiento de una nueva y sangrienta Tiranía.
Como miembros de la comunidad occidental, no podemos substraernos a un problema que de no resolverlo con acierto, puede derrumbar un patrimonio espiritual acumulado durante siglos. Hoy, más que nunca, debe resucitar Don Quijote y abrirse el sepulcro del Cid Campeador.
Juan Domingo Perón"


¡FELIZ DÍA DE LA RAZA! ¡FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD!
¡VIVA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR! ¡VIVA CRISTO REY! 

lunes, 1 de octubre de 2012

El castigo corporal EDUCA a los niños; de lo contrario ud. está criando futuros CRIMINALES.

Desde La Puerta Angosta, un excelente artículo que responde a la tan polémica pregunta de si hay que pegarle o no a los hijos para educarlos; y pese a quien les pese la respuesta es AFIRMATIVA:

¿Es necesario pegarle a un hijo?

Gurí haciendo "arte"...O le pegas, o se MUERE electrocutado, ¿qué prefiere?
Proverbios 22:15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él.

Proverbios 23:13 No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá.

Proverbios 23:14 Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol (infierno).

Proverbios 29:15 La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.

Proverbios 3:12 Porque Yahavé al que ama castiga,como el padre al hijo a quien quiere.


Eclesiástico 30, 11-12 En su juventud no le des libertad, y no pases por alto sus errores. Doblega su cuello mientras es joven, túndele las costillas cuando es pequeño, no sea que, volviéndose rebelde, te desobedezca, y sufras por él una honda amargura.

Eclesiástico 42, 5 (No te avergüences) de sacar provecho del comercio y las ventas, de corregir con vigor a los hijos, de tundir los lomos a un mal siervo.

Hebreos 12, 5-8 (...)Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

El grado de instrucción para enfrentar la vida con éxito es cada vez menor. La generación de padres actuales fue formada muy poco. Si bien hay excepciones, en general los jóvenes tienen grandes confusiones en la cabeza, pues son hijos de un sistema liberal de educación, muy alejado de la Ley Natural y, por ende, de Dios. Los sistemas liberales tienen como objetivo el "formar al ciudadano", hacerle comprender cuáles son sus derechos y qué debe esperar que la sociedad le dé.

La generación de nuestros abuelos, en cambio, fueron formadas en lo que hace a reconocer SUS DEBERES, no sus pretendidos "derechos". También, en lo que el ciudadano DEBE APORTAR a la Patria. Por tanto, cuando un niño se mandaba de las suyas, y las advertencias de sus padres no bastaban para que cesase de armar lío o escándalo, Papá usaba su cinto, o, si no, Mamá usaba su chancleta plástica sobre sus jóvenes pero resistentes carnes. Dios, en Su infinita sabiduría, nos dio las diferentes partes del cuerpo. Cada una tiene sus razones de ser. La razón de ser de la cola no sólo es la de brindar un apoyo estable al cuerpo cuando uno se sienta. Dios la dotó de abundantes carnes no sólo para sustentar al cuerpo en reposo, sino también para aguantar los lonjazos, los justos lonjazos con que los padres educan a sus hijos cuando éstos esto último necesitan. La Sagrada Escritura en muchos pasajes advierte que los padres que desvían la vara (el castigo corporal) de sus hijos son malos padres, pues están engendrando un futuro criminal, es decir, un ser sin el temor de Dios.
El castigo corporal que los padres infligen al hijo debe ser proporcional al crimen por él cometido.
El castigo corporal no debe llegar a sacar sangre.
El castigo corporal no debe ser en forma de golpes ni el la cara, ni en la cabeza.
Por más que patalee y grite, si el castigo corporal que recibe de sus Padres es apropiado, la criatura siempre entenderá:

- Que él se merece ese castigo y que, por tanto, ese castigo corporal es justo: Fue advertido repetidas veces, y repetidas veces él ignoró tal advertencia, pecando contra el IV Mandamiento.

- Que el castigo que está recibiendo es debido a sus desobediencias y no debido a que el Padre que se lo inflige está cansado por el largo día de trabajo, o porque se está desquitando con él por los sinsabores que otras personas le han procurado al Padre.

- Que ese castigo corporal el Padre o la Madre se lo inflige, principalmente, porque lo quiere, y porque lo quiere ver crecer como un buen hijo y no como un futuro criminal.

- Que ese castigo es proporcional a la falta, de aquí que habrá castigos corporales más severos y castigos menos severos.

- Que ese castigo corporal es apropiado, porque su Padre/Madre no le está hiriendo, ni torturando, ni vengándose, sino que lo está educando, del mismo modo como el Rey Filipo de Macedonia encargó al preceptor y filósofo griego Aristóteles que educara al hijo de aquél, Alejandro, quien, de hecho, la ligaba, y fuerte, cuando desobedecía a su preceptor. Tal fue la buena educación que recibió de Aristóteles, "por las buenas y por las malas", que Alejandro pasó a la Historia como Alejandro Magno, cuyo imperio se extendió desde la Europa a la India.*

Un ejemplo: Está esperando el ómnibus en la parada sita en la vereda de una avenida con mucho tránsito. Está cargando paquetes con una mano, mientras espera, y con la otra tiene la mano de su hijo. Su hijo está empecinado en cruzar la avenida para ir a la calesita que está en la plaza de enfrente y amaga a soltarse de su mano para cruzar. Ud sabe que si logra soltarse y cruzar, lo va a pasar por arriba un vehículo. La primera vez que intenta forcejear para soltarse, le dice que pare. Él para, pero al medio minuto trata otra vez. Molesta, le dice que pare. Para. Al ratito forcejea nuevamente. Le repite el reto. La siguiente vez que intenta forcejear, le da un buen chirlo. Se queda llorando, pero LE SALVÓ LA VIDA, porque muy bien podría habérsele soltado de la mano y corrido a través de la avenida, hacia la calesita a la que nunca habría llegado... Y hoy le estaría llevando flores al cementerio.

Otro ejemplo es el del chico que sabe que sus padres nunca de proporcionarán castigo corporal, sino sólo gritos destemplados. ¡Qué le importa al chico que le griten! "¿Qué me importa que la loca de mi madre, o el loco de mi padre me griten, si yo siempre me salgo con la mía? ¡¡¡JAJAJA!!! Miren como se ponen verdes de rabia y yo siempre termino haciendo lo que quiero... ¡¡¡JAJAJA!!! " No sería extraño que esta criatura se  convierta en un adolescente imposible y en un adulto criminal.

El padre del P. Gentili (el bondadoso sacerdote que nos da estos consejos) tenía una fórmula infalible: Cuando él estaba haciendo algo en franca desobediencia, seriamente le advertía: "Dejá eso, A LA UNA. Si él no le obedecía inmediatamente, venía la siguiente advertencia: ¡Dejá eso, A LAS DOS! Y si él no detenía su desobediencia, cuando decía: ¡¡¡Dejá eso, A LAS TRES!!! él inmediatamente le propinaba el debido castigo corporal. Está de más decir que como sabía perfectamente que "A LAS TRES", le empezaban a llover los cintazos, él siempre dejaba de desobedecer antes que pronunciara la fatídica frase. Con esta práctica, basada en el sentido común y aprendida (y sufrida) de sus Padres, Papá lo estaba educando con éxito.
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* Aclaramos además que es una brutal MENTIRA y falsedad absoluta, eso de que el gran conquistador Alejandro Magno fue "homosexual". 

Así que ya sabéis padres de hoy, nada de seguir esas estupideces modernas que tanto hace campaña el desgobierno frenteamplista-tupamaro y los medios liberales y sionistas de DES-información, que sólo quieren TORCER a nuestros niños y convertirlos en futuros DELINCUENTES: ¡EL CASTIGO FÍSICO CORPORAL ESTÁ PERMITIDO Y ACONSEJADO EXPLÍCITAMENTE POR LA SAGRADA BIBLIA Y EL MAGISTERIO INFALIBLE DE LA SANTA IGLESIA!

Si usted deja que su hijo haga lo que a "él se le antoje", si usted lo consiente demasiado, está formando un futuro DELINCUENTE, un futuro CRIMINAL, una futura LACRA Y BASURA HUMANA; estará colaborando aún más con la DECADENCIA DE OCCIDENTE, CON EL INCREMENTO DE LA INMORALIDAD

Hoy vivimos la sociedad "post-hippie"; los padres de hoy son en general los hijos de los "hippies", los hijos de izquierdistas perseguidos por la Santa Dictadura. Los castigos físicos NO van a lastimar a tu hijo, LAS BALAS DE LA POLICÍA CUANDO SE CONVIERTA EN UN CRIMINAL, SÍ; es preferible pegarle a tu hijo, antes que dejar que termine ARDIENDO EN EL FUEGO DEL INFIERNO POR TODA LA ETERNIDAD

Quien esté en desacuerdo con esto, es un INFIEL

LA ADVERTENCIA QUEDA HECHA. 
QUIEN SEPA LEER QUE ENTIENDA. 
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